Querido
pintor,
Cuando observé por primera vez su retrato, quedé asombrado de aquella
maravilla de arte; pensando y reflexionando sobre lo que mis ojos vieron,
contemplando por horas tuve la intención de encontrar y buscar la historia, de
su retrato, por ello, acudí al libro que analizaba los cuadros y sus historias.
Desde que empecé a leer su historia, pude notar ciertas características que me llamó
la atención, generándome confusiones y cuestionamientos, que desearía resolver,
por ello, le escribo esta carta, para poder tener un mejor concepto de su
historia y las acciones que se ejecutaron en ella.
Al principio de la historia, supuse que la hermosa mujer
retratada, tuvo una muy cercana relación con usted. “Ella una doncella de la belleza más singular y tan encantadora como
alegre…. Conoció y amó al pintor y se casó con él.” También, pensando que
ella siendo una dama tan encantadora, lo sería todo para usted, pero, noté que
usted tenía una gran pasión por el arte “…apasionado, estudioso, austero, y que
ya tenía una esposa en su Arte.” Esto lo evidencié, cuando miré detalladamente el
cuidado del pincelado en el rostro de su esposa. Además, su dedicación que
prolongaba hora tras hora y día tras día, lo motivó a continuar produciendo.
Por otro lado, su esposa nunca tuvo un interés por el arte;
por ello, cabe preguntar ¿Alguna vez, le preguntó a su esposa, acerca de sus
gustos? ¿Le preguntó, si le gustaba el arte? Porque, en la historia del retrato
mencionaron, que solo detestaba el Arte, “que
era su rival, solo temía la paleta, los pinceles y demás instrumentos hostiles
que la privaban del rostro del amado”. Por ello, tuvo suerte en tener un cónyuge,
quien por su carácter la llevo a tomar la peor decisión de su vida. Cuando veía
como la retrataba con gran alegría, no podía dejar de pensar en cómo se sentía ella.
Usted, prácticamente la encerró y la aisló, por muchos días. “Más era humilde y sumisa, y sentóse
pacientemente largas semanas, en la sombría y alta habitación dela torre, donde
la luz se filtraba sobre el pálido lienzo solamente por el cielo raso."
Desde ahí, pude reconocer su gran pasión por el arte, pero, aquella obsesión lo
llevó hasta un extremo, a tal punto que influyó en su esposa hasta perjudicarla. Esto lo convierte en una
persona egocéntrica, asimismo, me hace ver que usted era un maniático por la
pintura. Mientras pintaba su retrato, su mujer
estaba sufriendo y tuvo que morir para que usted, recién pudiese notarlo. “! Es en verdad la Vida misma! Se volvió de
pronto a mirar a su amada. ¡Estaba muerta!”
Por otro lado, quiero rescatar la
belleza de su retrato. La belleza de su mujer se complementaba con la calidad
del cuadro. Su vida quedó en ese retrato, pues se sacrificó por ella, porque lo
culminaron hasta morir. Pues, al entrar al castillo y observar su cuadro, me dejó
anonadado; nunca pensé que detrás de una belleza, existe una historia terrorífica.
Finalmente, quiero agradecerle por leer
esta carta. Espero que lo considere para su próxima obra de arte y, que pueda
tener su concepto o versión en los hechos que ocurrieron en su historia. Me
sorprende la pasión que le puso a ese retrato oval, asimismo, su gran talento
por la pintura.
Atentamente,
El hombre herido
No hay comentarios.:
Publicar un comentario